jueves, 4 de octubre de 2012

Atardecer

















 

Atardecer

La luz languidece en la tarde calurosa de la primavera.
El cielo está más azul, o quizás así me lo parece.
La nubes corren rápidas como escapando de aquello que les es inevitable.
Una ave azul cruza por un instante ante mis ojos que le miran al pasar.
Quiero ver los rayos del sol caer sobre mi.
Camino escuchando viejos temas mientras
disfruto de la brisa que baila suavemente con las hojas.

Sé que estoy sumergido en mis pensamientos mientras
cada paso que doy me aleja irremediablemente de ti.
Puedo ver a unos niños que disfrutan de sus juegos
y a una pareja joven que charla en uno de los bancos.
La voz suave y sugerente que sale de los auriculares
no hace más que sumergirme en la
melancolía de esta, nuestra despedida.

Pienso no todo ha terminado.
Pero  no es momento de esperar.
He aguardado con paciencia.
Pero mis oídos escuchan tu voz apenas susurrante.
Lo que antes teníamos ha muerto en nuestras manos.

Quiero creer que nada queda entre nosotros
para que la jornada sea más sencilla.
Mejor partir en el atardecer de esta primavera.
He esperado tanto tiempo que no imaginas
lo que siento al no tener recuerdos.

No voy a dejar lo que aún me queda de tí.
En la noche no estarás pero ya no tengo alternativa.
No sería yo sin haberte tenido entre mis brazos
pero mi corazón se ha destrozado en esta espera.

Te guardaré en los momentos alegres y en la risa cantarina de tu voz.
Buscaré tu perfume para que me atrapes en tus brazos
pero se que sólo el vacío me espera en esa alcoba.

Intentaré olvidar el sonido de tu voz
Sentiré el contacto de tu piel
Veré tus ojos negros

Pero sólo en el sueño de este viaje
tus recuerdos vivirán hasta el nuevo amanecer.





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